Al final, me puse delante del ordenador, dudaba, pero preferí no pensar, así que me puse manos a la obra... Creé con esmero una dirección de correo electrónica falsa... Ya está, listo, me dije. Y le agregué a mi nueva dirección... Esperé horas delante del ordenador a que aceptase, pero nada, ese día la suerte no estaba de mi lado...
Tendría paciencia, algo me decía que aquello funcionaría, pero que nervios!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario