Era una mañana de primavera, cuando por vez primera le ví salir del portal. Las únicas palabras que habíamos cruzado habían sido un buenos días, y un hasta luego...Siempre me lo encontraba en la calle estrecha que estaba frente al colegio. Cuando enfilaba esa calle caminaba despacio, como contando los pasos con la esperanza de que antes de llegar al final apareciese para poder darme esos buenos días que hacían que el día más gris se volviese soleado. Pero le vi, le vi saliendo del portal, ahora ya sabía donde vivía...Ya sabía algo más de su vida, ya le tenía localizado...Entonces todos los días caminaba por su calle y como casualidad, una casualidad buscada, aparecía saliendo del portal. Una mañana, cual fue mi sorpresa, como un jarro de agua fría salió, sí, salió del mismo portal, pero ...iba de la mano de una chica...su chica...Aquel día a pesar de lucir el sol como nunca, el día fue gris...
Esa escena me suena...Pero que bonito fue hasta que no se ve a evidencia.
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